EUROPA
PRESS
7 diciembre
2016
Poner a dieta de manera repetida puede llevar al aumento de peso
porque el cerebro interpreta las dietas como hambrunas cortas y lleva a la
persona a almacenar más grasa para hacer frente la escasez futura, concluye una
nueva investigación de las Universidades de Exeter y
Bristol, en Reino Unido.
Esto
puede explicar por qué las personas que intentan seguir dietas bajas en
calorías a menudo comen en exceso cuando no hacer dieta y, por lo tanto, no
consiguen mantener el peso perdido. Por el contrario, los cuerpos de las
personas que no hacen dieta aprenderán que los suministros de alimentos son
seguros y no necesitan almacenar tanta grasa.
El
estudio, publicado en la revista 'Evolution, Medicine
and Public Health', se basa en observaciones de animales como las
aves. Los animales responden al riesgo de escasez de alimentos mediante el
aumento de peso, razón por la cual las aves de jardín están más gordas durante
el invierno cuando es más difícil de encontrar semillas e insectos.
Los
autores estudiaron un modelo matemático de un animal que sabe si la comida es
abundante o limitada en ese momento, pero no sabe cuándo las cosas van a
cambiar, por lo que debe aprender sobre la variabilidad antes de decidir cómo
de gordo debe ser. El modelo muestra que si se restringe el suministro de
alimentos a menudo (como lo sucede cuando se está a dieta) un animal óptimo
--el que tiene la mejor posibilidad de transmitir sus genes-- debe ganar exceso
de peso entre la escasez de alimentos.
Solución: comer algo menos de forma continua
y hacer ejercicio
"Sorprendentemente,
nuestro modelo predice que el aumento de peso promedio para los que hacen dieta
será realmente mayor que el de aquellos que nunca están a dieta. Esto ocurre
porque los que no hacen dieta aprenden que el suministro de alimentos es
seguro, por lo que hay menos necesidad de asegurarse las reservas de
grasa", el doctor Andrew Higginson, profesor
titular de Psicología en la Universidad de Exeter, en
Reino Unido.
Con
cada vez más personas que se vuelven obesas, los científicos están buscando
razones evolutivas para explicar por qué muchas encuentran difícil resistirse a
comer en exceso. Los seres humanos evolucionaron en un mundo donde la comida
era a veces abundante y a veces escasa y, en este último caso, aquellos con más
grasa tendrían más probabilidades de sobrevivir.
Hoy en
día, las personas pueden entrar en un círculo vicioso de aumento de peso y
realización de dietas cada vez más severas --las llamadas dietas yoyó-- que
sólo convencen al cerebro de que debe almacenar cada vez más grasa. El modelo
de los investigadores predice que el deseo de comer aumenta enormemente a
medida que avanza la dieta y este impulso no disminuirá conforme se gane peso
porque el cerebro se convence de que es probable que se produzcan periodos de
hambrunas.
"El
cerebro puede estar funcionar perfectamente, pero la incertidumbre sobre el
suministro de alimentos desencadena esa respuesta desarrollada para aumentar de
peso", dice el profesor John McNamara, de la
Facultad de Matemáticas de la Universidad de Bristol.
Entonces,
¿cómo se debería tratar de perder peso? "Nuestro trabajo sugiere que comer
sólo un poco menos de lo que deberían de forma mantenida en el tiempo y hacer
ejercicio físico es mucho más probable que ayude a las personas a alcanzar un
peso saludable que seguir dietas bajas en calorías", dice el doctor Higginson.